—Dime, Lena, ¿por qué demonios piensas comprarte un coche? —Valentina Petrovna me miró como si acabara de anunciar mi intención de pedir un préstamo a costa de mis riñones.
Tiré las llaves del coche directamente sobre la mesa. A propósito. Para que tintinearan. Para que todos oyeran. “Adivina qué”,…